El trasplante de menisco consiste en colocar el menisco de un donante (el injerto se obtiene de alguien que falleció recientemente) en una persona a la que se le extrajo el menisco. El candidato ideal para un trasplante de menisco es alguien que se haya sometido a una menisectomía y posteriormente desarrolle dolor de rodilla. La cirugía generalmente se reserva para su uso en personas menores de 50 años cuyo índice de masa corporal, o IMC, es menor de 35.